Reconquistando nuestra dignidad.

Cuando alguno de mis amigos no-españoles me pregunta sobre la crisis en nuestro pais, con intención de entender algo mas todo esto que nos esta pasando: el saqueo paulatino y descarado de la clase política, los rescates a los bancos,las leyes injustas y decretazos, los Borbones dejando ver la verdadera cara de la dichosa "monarquía parlamentaria", la justicia vendida y el descaro de la metalingüística de los poderosos para definir lo que pasa y no quieren decir que pasa. Recibo exclamaciones de incomprensión sin maldad, yo intento justificar y a la par recibo sus conclusiones: "los españoles estáis hechos de otra pasta, no se si te halago o te insulto hija"... Me entra la vergüenza, ajena y propia y no puedo por mas que pensar que efectivamente, esto se nos ha ido hace mucho de las manos. Gracias a mi culturilla histórica, se que cualquier proceso revolucionario tiene su germen en el descontento generado cuando una desigualdad,que ha existido siempre, se pasa de la raya, confiandose hasta lo impensable y estirando el nivel de presión que es capaz de sufrir un pueblo, hasta lo que, visto a posteriori, nos podría parecer inhumano y hasta que, casi inexorablemente suele acabar en lucha armada. Un pueblo como el nuestro, con memoria histórica de mentirijilla, que ha sufrido y parece haberlo olvidado, no puede refugiarse más que en su identidad, en sus costumbres, en lo que le queda que suele ser la esperanza en que algo cambiará. Cuando cualquier pueblo despojado de derechos comienza a pensar que realmente lo que tiene se lo ha buscado, que le toca sufrir "históricamente" que algún dia eso podría cambiar pero "esto no lo arregla ya ni Cristo Rey"... Cuando esos muchos que somos, pensamos que no hay forma de quitar los privilegios a esos pocos que ostentan el poder, estamos renunciando a nuestra dignidad y de facto a nuestra libertad. Decía el gran Jose Luis Sampedro :"de que nos sirve la libertad de expresión, si nos han privado de la libertad de pensamiento" y ciertamente todo recomienza, al volver a conquistar nuestro libre pensar. Que a la vez solo puede ser reconquistado a través de la cultura, de la información, de la confianza en los demás, en lo que podemos y pueden lograr los que se unen y luchan por una causa en la que creen mucho. Y yo creo mucho en Jose Luis Sampedro, en los pueblos que se han dejado la piel por no morir esclavos, en algunas premisas de Gordon Childe, en Victor Jara, en Mandela, en Gandhi, en los maquis, en Allende, en las mujeres libertarias, en las mamis y papis blogueros, en la marea fucsia, en todo aquel que sale a la calle para pedir lo que le pertenece.